Add parallel Print Page Options

Castigo para los desleales

66 El SEÑOR dice esto:
«Los cielos son mi trono
    y la tierra es banquillo para mis pies.
¿Qué clase de casa pueden construirme ustedes?
    ¿Qué sitio de descanso para mí?
Yo mismo hice todo lo que existe.
    Todo es mío».
    El SEÑOR lo ha dicho.

«Pero este es a quien aprecio:
    la persona pobre con un espíritu abatido
    que tiembla ante mi palabra.
El que mata un toro
    es como quien mata a un ser humano.
El que sacrifica un cordero
    es como quien le rompe el cuello a un perro.
El que ofrece una ofrenda de cereal
    es como quien ofrece la sangre de un cerdo.
El que quema incienso de ofrenda
    es como quien bendice a un ídolo.
Han elegido sus propios caminos
    y les gustan sus prácticas asquerosas.

Read full chapter